Reciclage - Castres  Roma 2017

Sólo Dios

 

 

Castres, 6 de agosto de 2017

 

 

Queridas hermanas y hermanos, Laicas y Laicos

 

Es con gran alegría que compartimos con ustedes parte de la riqueza vivida por el grupo de reciclaje en esta primera semana. "Llegando aquí..." con el corazón lleno de emoción por pisar este suelo sagrado para nosotras. Fuimos invitadas a Reavivar el don de Dios que hay en cada una. Las hermanas provenientes de los cuatro continentes - Asia, América, África y Europa representando sus provincias, traen la riqueza de la diversidad y son acogidas fraternalmente por las hermanas del equipo general de animación Núria, Rosangela y Marie Beatrice.

 

Fuimos acogidas de manera cálida y delicada por las hermanas de la Casa Madre. Nos han abierto las puertas y el corazón para que podamos disfrutar de este tiempo de gracia que la Congregación nos ofrece. En las palabras de apertura, Núria resaltó que este tiempo "... será para nosotras el momento de recrear nuestra identidad y pertenencia, de reentusiasmarnos y continuar el camino del discipulado con más pasión y alegría".

 

Con este espíritu fuimos peregrinando por Castres en los lugares en que vivió y pasó nuestra querida Emilie. Caminando juntas, contemplando paisajes, volvemos al pasado a través de los relatos escritos y de las historias narradas por nuestra Hermana Marie José Acosta que es también nuestra traductora junto con Irene Tessarollo. Conocemos la histórica calle Tolosane, número 5, primera casa habitada por Emilie y sus compañeras. Guiadas por esa memoria, seguimos hacia la iglesia de La Platé, donde con gran emoción renovamos nuestros votos, así como los hizo Emilie en 1836.
Renovadas por el amor de Dios y deseosas de servir a los pobres, Emilie y las primeras hermanas hacen y sirven la sopa a los prisioneros... Al salir de La Platé, nos dirigimos al edificio donde estaba la antigua prisión, como lo hacían ellas. Recorriendo las calles encontramos Natalie casada con uno delos descendientes de Emilie, que nos reconoció y nos saludó. Terminamos nuestro recorrido contemplando la iglesia de Saint Jacques y sumergidas en la espiritualidad que movió a Emilie.

  

El segundo día empezó con una dinámica de conocimiento mutuo e integración. Hemos sido invitadas a entrar en contacto con nosotras y con las otras dejándonos interpelar por la voz de Dios que está en el interior de cada una... "Deje fecundar ese sentimiento predominante en su alma, déjele acrecentarse a tal punto de in­tensidad, hasta sentirse abrazada por un cierto deseo... "NP, 311.

 

Intensificando el sentido de pertenencia, fuimos orientadas hacia todo lo que viviremos en este tiempo; También fuimos animadas a organizarnos en comunidades de cinco miembros, para hacer la experiencia de la escucha, del compartir, de la comunión y de la interculturalidad.

 

Por la tarde, Sor Colette Marie, vino a enriquecernos con su relato sobre la historia de la capilla y sus modificaciones a lo largo del tiempo. De ahí seguimos hacia la entrada principal para la celebración de apertura. Allí tocamos las llaves originales de la casa Madre y fuimos invitadas a entrar en peregrinación: "He aquí que estoy a la puerta, y llamo; Si alguien oye mi voz y abre la puerta entraré en su casa, y con él cenaré, y él conmigo "(Ap 3, 20).

 

Al acercarnos a esta historia sagrada de nuestra Congregación, con los oídos de discípulas y con el corazón abierto, respondemos a la llamada generosa y comprometida: Señor, aquí estoy. Cada hermana fue llamada por su nombre y recibió una vela que depositó junto a las reliquias de  Emilie. Desde el corazón de la Casa Madre, subimos cantando hasta la sala de recuerdos donde acompañamos el relato de los últimos momentos de nuestra querida Emilie. Deseosas de ser fieles en vivir su carisma, tocamos la cruz que está sobre la cama y le pedimos su espíritu.
Sensibilizadas por estos relatos, nos ponemos en sintonía con los sentimientos de cada hermana que vivió su salida y nos vamos en silencio, hasta la tumba. En oración, por provincia, presentamos a Emilie nuestra gratitud, nuestros desafíos y esperanzas, nuestro deseo de fidelidad al carisma concretándolo allí donde la vida esté más amenazada.

 

Con mucha alegría por estar aquí en esta tierra sagrada para nosotras, iniciamos nuestro tercer día caminando hasta el pozo donde recordamos la experiencia de abandono y confianza de Emilie y de las primeras compañeras. Del miedo a no encontrar agua hasta el chorro abundante, de las incertidumbres humanas a la confianza en la Santísima Virgen, del primer trabajo en este terreno a la entrada de una postulante el mismo día y la recepción del plan del convento... Estar y beber de la fuente de nuestra espiritualidad para saciar y para dar de beber.

 

Este día fue marcado por la reflexión sobre nuestra espiritualidad: una manera de ser y estar en el mundo, un tiempo de profundo encuentro con nosotras mismas, con Dios y con nuestras hermanas. Es un encuentro con los ejes de nuestra espiritualidad y una profundización del cuarto Voto que nos convoca e identifica. Es un eje transversal de nuestro "camino común de discípulas en singularidad y pertenencia", que incluye, integra y fortalece el sentido azul de los otros tres votos que profesamos.
Esta mística nos hace mirar la realidad y abrazar a toda persona en su trayectoria, en comunión con el cosmos respondiendo "a los designios de amor que Dios tiene sobre los pueblos". Invitadas a contemplar en nosotras y en la naturaleza las características  de esta agua que sació a la Samaritana, a Emilie y hoy a cada una de nosotras, recorrimos el jardín y compartimos en tríos nuestra oración. En las pequeñas comunidades hablamos de nuestra experiencia del cuarto voto que nos orienta al encuentro con nosotras y con el otro en la vivencia de una relación salvífica.

 

Por la noche tuvimos una fiesta con nuestras hermanas de la PAC. Nos alegraron y enriquecieron presentando su misión y compartiendo aspectos de su cultura. Nos abrieron a la diversidad dándonos ejemplos concretos de que nuestra espiritualidad nos compromete con la vida.

 

"El sol nació, es un nuevo día, bendito sea Dios ¡cuánta alegría! ..." Acogemos el nuevo día, cantando este estribillo mientras caminamos hacia Albi, lugar donde Emilie fue a menudo a tratar asuntos de nuestra Congregación. Ella ciertamente rezó muchas veces en esta catedral Santa Cecilia, admiró su belleza y confió a Jesús sus proyectos. Eso nos mueve a hacer lo mismo. La grandeza y la belleza de esta iglesia nos sorprenden... Una construcción que sobrepasa el tiempo y la historia. Cuántas vidas por ahí pasaron y aún hoy están marcadas por tantos rasgos de la espiritualidad cristiana.
 

De Albi seguimos hacia Lautrec, donde fuimos recibidas con mucho cariño por la comunidad que compartió con nosotras su misión de ser presencia junto a los residentes de la casa. Emilie, en 1837, hizo allí para  un retiro, pues vivía un momento delicado. Es en medio de este tiempo de "mareo", que ella renueva su entrega haciendo el acto de abandono. Como ella, renovamos nuestra confianza en Dios, rezando en la capilla, esta misma oración.

  

Seguimos por la tarde hacia Hauterive y Gaïx... espacios de la relación de amistad entre Emilie y Coralie... Todo nos hablaba de su deseo de servir, de entregar la vida, de sus relaciones, de su decisión... De la capilla a la Mesa de piedra... Así plantamos una vez más nuestros pasos en los pasos de Emilie y con ella hicimos memoria de nuestra llamada a la vida religiosa y del camino que hemos recorrido hasta llegar aquí.
Este día fue marcado por la intensa relación de amistad que estamos construyendo unas con otras y por la amorosa acogida de los descendientes de las familias de Villeneuve – Hauterive y de Blay - Gaïx.

 

Un día más se inicia, y como las mujeres de la resurrección, despertamos temprano para nuestro peregrinar hacia Lourdes: lugar de encuentro y profunda experiencia de Dios. Tantos pueblos, tantas culturas... gente del mundo entero a los pies de la Santísima Virgen. Caminamos con María, Mujer, Madre y Discípula y luego recorrimos el camino de Santa Bernardita que acogió con generosidad, la voluntad de Dios en su vida. Algunas participaron de la Eucaristía en la gruta, otras en la Basílica del Rosario... uniéndonos a tantos peregrinos que tienen sed de Dios. Desde la emoción de entrar y tocar las piedras de la gruta, a la experiencia de sentir el agua de Lourdes, hasta la vivencia alegre y fraterna con las hermanas de las dos comunidades, donde fuimos muy bien acogidas, sentimos lo mucho que Dios nos ama.

 

En los vaivenes de nuestro peregrinar, vivimos la alegría, la reflexión sobre la presencia de María en nuestra vida y en la vida de la Congregación. ¿Qué significa ser Hermanas de la Inmaculada Concepción hoy? Implica dar la propia vida si fuera necesario como hicieron tantos mártires, hombres y mujeres de nuestros continentes. Implica ser mujeres enemigas de la injusticia, de la violencia y de todos los dinamismos de exclusión y nos ayuda a ser mujeres disponibles para favorecer y defender la vida donde esté más amenazada. Consagramos nuestra vida, nuestros desafíos y proyectos al corazón de esta dulce Madre: "Cuanto más aman a María, más su amor por Jesús será puro y generoso".

 

Llegamos al sexto día de nuestro reciclaje con la reflexión sobre Jesús Salvador. Nos reunimos en el cuarto de los recuerdos en torno al mismo crucifijo que nuestra querida Emilie contemplaba y se dejaba inspirar por sus palabras, sus sentimientos y actitudes. "Necesito sobre todo, luces para entrar bien en el espíritu de nuestro Divino Salvador e imprimirlo en el corazón de todas mis hijas" CD nº 113. Un momento fuerte de retomar y resignificar la dimensión de Jesús Salvador en nuestra experiencia personal y comunitaria.

 

Fuimos invitadas a la reflexión personal y compartida en comunidad sobre lo que significa vivir la vida de Jesús Salvador hoy, en medio de los desafíos del mundo contemporáneo. Resaltamos los siguientes aspectos: Dejarnos interpelar por la palabra de Dios para entrar en un proceso de conversión personal; convivir con los pobres para sentir con ellos y ayudarles a rescatar su dignidad de personas con dones; promover el Reino; ser signo profético; denunciar las estructuras de muerte y comprometernos con la vida más amenazada. Terminamos este día de reflexión con una mesa redonda en la que nuestras hermanas Michelle Cancalon, Virginia Matos, Ivete Bernardes y la pareja de laicos, la Sra. Marie Christine e Yves Fabry compartieron cómo viven la vida de Jesús Salvador.

 

Así finalizamos la primera semana con una rica presentación cultural de la provincia PAO que nos animó y alegró en su noche de fiesta.

  

Agradecemos a las provincias y comunidades por los mensajes y las oraciones que nos acompañan. Sentimos vivamente cuanto es fuerte el espíritu de familia que nos une.

 

Las abrazamos con nuestra fraternal afección.
Las secretarias de la semana.

 Iandra y Marinalva