La Comunidad de Balcarcé está formada por Maria Gabriela Soneira, Romina Santiago y Patricia Graciela Mouso, llegadas hace solamente algunos días. En poco tiempo, reorganizaron el espacio para acogernos.
Después del bonito día pedagógico del 10 de marzo en Lomas, Anne Béatrice y Susana, aprovechan el regreso de los profesores de Balcarcé para incorporarse a la comunidad por el minibús colegio Agrícola San José. Fatima y Betty del Equipo Provincial nos acompañan.
La casa se sitúa fuera de la ciudad. La naturaleza verde y los campos a pérdida de vista hacen de este lugar un remanso de paz. Los proyectos no faltan para responder a los distintos retos de esta misión. Juntos, hermanas, profesores y alumnos están motivados por el mismo ideal para apoyar la misión.
Nos encontramos en primer lugar con la comunidad para la oración. Tomamos el tiempo de saborear las palabras que desafiaban a Léon Gieco sobre “EL desembarco”. Hechos 16, 11-15, 40 nos remite a la figura de Lidia y a su encuentro con el Apóstol Pablo. En un sencillo compartir, cada una expresó cómo se identifica con el planteamiento de Lidia, mujer que escucha la Palabra de Dios y se deja afectar por ella.
Mujer que hace de su casa un lugar para compartir la vida, lugar de solidaridad y recepción fraterna. Fue un momento muy fuerte de interpelaciones mutuas en la confianza.
La comunidad de Balcarcé, es también la escuela agrícola San José que tiene un ciclo completo: preescolar, primaria, secundaria. Prepara futuros ingenieros agrónomos. Un dinámico equipo de dirección, laicos y hermanas acompañan el conjunto. El 12 de marzo comimos juntos. Fue ocasión para un rico compartir sobre los proyectos y los retos de la escuela. Destacamos la presencia de los internos, muchachas y muchachos.
Junto a los niños y jóvenes desfavorecidos, nuestras hermanas viven con alegría esta nueva misión que se les ha confiado, por su presencia y su escucha.
Una comunidad abierta del mundo. La informática les permite conectarse con la realidad del mundo.